GEMA ROMERO.- Día 6 de febrero a las 4:17 hora local (01:17 UTC), un terremoto con una magnitud de Mw 7,8 con epicentro en Pazarcik, en Kahramanmaras (Turquía), a 34 km al oeste de la ciudad de Gaziantep, sacude la zona. Tras la confusión y caos iniciales, poco a poco se han ido conociendo historias de superación, la última, la de tres enfermeras del hospital İnayet Topçuoğlu de Gaziantep, cuyo heroísmo ha sido difundido en Twitter por el ministro turco de Salud, Fahrettin Koca.

En las imágenes de las cámaras de seguridad del hospital se puede ver a una enfermera, Seyma Alakus, y otro grupo de sanitarios que tras iniciarse el temblor salen corriendo despavoridos, pero no para ponerse a salvo, como podría pensarse, sino para dirigirse a las habitaciones de los niños hospitalizados. Tras ver a Alakus corriendo por los pasillos, se dirige a toda velocidad a la habitación de una niña, a la que saca en brazos, mientras da instrucciones a los familiares de otros niños para que evacuen el hospital.

En otro de los vídeos compartidos por el ministro de Salud de Turquía, se muestra la UCI neonatal también del hospital de Gaziantep y cómo con el seísmo empiezan a moverse las incubadoras. Instantes después se ve a dos enfermeras entrar corriendo en la sala y sujetar las cunas para proteger a los recién nacidos, mientras continua el temblor.

Estas son sólo tres historias que han trascendido y se han convertido en virales, pero en una tragedia de estas características seguro que son muchas más las enfermeras anónimas que en Siria y Turquía lo están dando todo por los afectados, y es que ocho días después las cifras de muertos y heridos no dejan de aumentar. Según el último balance oficial, de lunes 13 de febrero, hasta el momento se han confirmado 31.643 muertos y 158.165 heridos en las diez provincias afectadas por los seísmos sólo en Turquía, mientras en Siria, la Organización Mundial de la Salud calcula al menos 9.300 fallecidos en Siria.