ÁNGEL M. GREGORIS.- ¿Imaginas ver tu ciudad a tiempo real proyectada en una pantalla circular curva situada en forma de mesa en el centro de una habitación sin luz? Esto es lo que ocurre en una cámara oscura como la que hay en la Torre Monreal de Tudela, en Navarra. Un espectáculo visual que sólo se puede disfrutar actualmente aquí y en otras cinco ciudades españolas (Cádiz, Sevilla, Béjar, Jerez de la Frontera y Santander). La torre navarra data del siglo XIII y se usaba como edificio defensivo. En los últimos años se ha reformado y se puede visitar los fines de semana (sábados, de 11.00 a 12.00 y de 18.00 a 19.00, y domingos de 11.00 a 12.00). Desde allí, además de la cámara oscura, se contemplan unas de las mejores vistas de la ciudad.
Al lado de la torre se encuentra el monumento dedicado al Corazón de María, una imagen de la virgen de 21,5 metros en total, que tiene su contrapunto al otro lado de la ciudad, en el Cerro de Santa Bárbara, donde se levanta el monumento al Corazón de Jesús. Situado en el que para muchos es el mirador más bonito de Tudela, la estatua de Jesús ha sufrido varios percances desde que se inauguró en 1942, casi siempre debido a los rayos, que le partieron la mano derecha y en otra ocasión la decapitaron.
Lo mejor de esta visita es rodear el Cristo para poder disfrutar de una perspectiva de 360º. Desde el río Ebro, que pasa imponente por Tudela, hasta la zona más industrial y el casco viejo, que después de pasear por estos dos miradores, es una cita obligada.
Cuando entras a la ciudad, un cartel te recibe con un gran eslogan que reza “Tudela, la de tus compras”. Y con “gran” me refiero a tamaño porque si de algo no puede presumir ese lema es de ser brillante. Tudela es mucho más que “la de tus compras”, Tudela es “la de tus verduras”, “la de tus pintxos”, “la de tus fiestas”, “la de la alegría”, “la que te acepta como si fueses uno más”…
Casco histórico
Adentrarse en el casco histórico es adentrarse en un entramado de calles empedradas por las que caminar y perderse. Escondida tras la Plaza de San Jaime se encuentra la puerta del Juicio de la catedral. En el pórtico se escenifica el Juicio Final, la mitad izquierda está dedicada a los salvados en el Cielo y la derecha a los condenados en el Infierno. Que el autor en su día otorgase la mitad del espacio al averno hacen de esta una obra única en el mundo. Para conocer mejor la catedral, se puede visitar por dentro a través del Museo de Tudela, situado justo al lado. Y una vista única de este edificio emblemático se encuentra cruzando el Puente de Piedra, que con 17 arcos es otro de los monumentos más importantes.
Pero no todo es turismo en Tudela. Hay tres fechas clave que hacen disfrutar de la ciudad aún más si cabe. La Semana Santa, las Fiestas de Exaltación de la Verdura y las fiestas Patronales.
Durante Semana Santa, además de las tradicionales procesiones, el Sábado Santo y el Domingo de Resurrección se celebra la ceremonia del Volatín y la Bajada del Ángel, respectivamente. En la primera, un pelele de madera vestido cada año con un atuendo distinto, gira alrededor de un torno mientras que el petardo que lleva en la boca explota. El objetivo es desnudar al muñeco, que representa la muerte desesperada de Judas tras traicionar a Jesús. 24 horas después se conmemora el día grande de esta semana. Durante la ceremonia, para la que el niño o la niña elegida se prepara todo el año, se representa la aparición del Arcángel Gabriel a María para anunciarle la resurrección de Jesucristo.
Por su parte, en las Fiestas de Exaltación de la Verdura, ciudadanos y visitantes disfrutan de la mejor gastronomía del lugar, así como de conciertos, encuentros, teatros y muchas más actividades.
Fiestas de Santa Ana
Por último, y sin tener que envidiar nada a los Sanfermines, Tudela celebra sus propias fiestas patronales en honor a Santa Ana.
A unos 95 kilómetros de Pamplona y 10 días después de que acabe San Fermín (del 24 al 30 de julio), Tudela celebra sus fiestas patronales en honor a Santa Ana. También de blanco y rojo, los tudelanos se congregan en la Plaza de los Fueros, para dar el pistoletazo de salida a las celebraciones. Encierros taurinos, música, procesiones, gigantes y cabezudos se dan cita durante estos siete días en el segundo municipio más poblado de Navarra. Las fiestas viven uno de los momentos clave cada noche cuando en esta misma plaza los asistentes bailan ‘La Revoltosa’, una danza interpretada por la banda municipal que pone a prueba la velocidad y el vigor de los participantes, que tienen que correr alrededor del quiosco central.