“Gracias por traerme de vuelta a la Plaza”. Estas fueron las últimas palabras del papa Francisco a su enfermero, Massimiliano Strappetti, por animarle a dar un último paseo en el papamóvil el domingo después del Urbi et Orbi. Después, descansó por la tarde, cenó y, al amanecer, enfermó y falleció.
Así lo ha confirmado el Vaticano en un comunicado de prensa. Unas palabras que se convirtieron en las últimas del pontífice a la persona que cuidó de él antes y durante su enfermedad. Para el papa Francisco, Massimiliano era una ayuda imprescindible, quien “le salvó la vida al sugerirle una cirugía de colon y que, posteriormente, nombró como su asistente sanitario personal”.
38 días de su hospitalización
Strappetti permaneció junto al Papa durante los 38 días de su hospitalización en el Hospital Gemelli de Roma y estuvo junto a él las 24 horas del día durante su recuperación en la Casa de Santa Marta.
El difunto Papa quiso estar ese domingo dando la bendición en el balcón de la Basílica de San Pedro, pero antes preguntó a su enfermero: “¿Cree que puedo?”. Tras acercarse al pueblo, y cansado, pero muy contento, le dijo a su enfermero: “Gracias por traerme de vuelta a la Plaza”.