EUROPA PRESS.- Las enfermedades renales son un problema de salud pública ya que, actualmente, un 10% de la población mundial sufre algún tipo de enfermedad en el riñón, con mayor incidencia en la edad adulta y anciana, pero también presente en niños y adolescentes.

Por este motivo, y coincidiendo con el Día Mundial del Riñón, La Sociedad Internacional de Nefrología (SIN) y la Federación Internacional de Fundaciones Renales ha desarrollado una campaña dedicada a los más pequeños para concienciar a la sociedad de la importante de cuidar los riñones para prevenir enfermedades.

La nefróloga infantil de IMQ, la doctora Nélida García Pérez, ha explicado el alcance de estas enfermedades en edad temprana porque «las malformaciones congénitas del riñón y vía urinaria ocurren en 1 de cada 500 recién nacidos; hasta un 7% de los niños van a presentar una infección urinaria durante su infancia, y aproximadamente un 25% de ellos tiene asociado reflujo vesicoureteral».

RIESGOS

La población infantil tiene cada vez más riesgo cardiovascular y este problema puede derivar en el desarrollo de alguna insuficiencia renal. Factores como la obesidad, la diabetes o la hipertensión arterial, son los que provocan problemas cardiovasculares, originados por dietas hipercalóricas poco saludables, poco ejercicio físico, exceso de sal en las comidas, bebidas azucaradas o bollería industrial.

Estos factores de riesgo se pueden prevenir y por ello se celebra este día para resaltar la importancia de la diabetes e hipertensión arterial como factores de riesgo de daño renal, y fomentar hábitos de vida saludable para la prevención de la enfermedad mediante la sensibilización.

La Dra. Nélida García Pérez de IMQ enumera las enfermedades renales más frecuentes en la infancia, y «las más comunes a esa edad son las anomalías estructurales de la vía urinaria y del riñón, las infecciones urinarias y las nefropatías cicatriciales».

«En países nefrológicamente avanzados, la nefropatía cicatricial ha mejorado sustancialmente gracias a protocolos diagnósticos y terapéuticos aplicados en edades tempranas para prevenir el daño renal producido por la presión, el reflujo y la infección urinaria. Es importante recordar que la nefropatía cicatricial aumenta el riesgo de enfermedad renal crónica en el adulto», ha concluido.

ALARMAS

El 50% de las enfermedades renales en la infancia suele estar presente en el momento del nacimiento y puede ser diagnosticado prenatalmente; la infección urinaria en la infancia precoz puede ser el primer signo de alarma de una enfermedad renal subyacente.

La doctora García Pérez ha recordado que muchas de estas enfermedades son evitables y da consejos sobre cómo prevenirlas o mejorarlas. Establecer una «dieta saludable y ejercicio físico evitando el exceso de sal, azúcar, grasas saturadas y aumentando el consumo de frutas y verduras, así como una ingesta adecuada de agua; en niños que presenten una enfermedad renal crónica, el control de la hipertensión, anemia, la dieta y una vida saludable contribuyen a enlentecer la progresión de la enfermedad».

España, junto con los países escandinavos, tiene la tasa más alta de trasplante renal infantil y la mayor parte de la población que necesita terapia de reemplazo renal lo hace con trasplante renal, siendo la diálisis un tratamiento minoritario en comparación con otros países.Un trasplante preventivo de donante vivo o de cadáver previene el paso por diálisis y las complicaciones asociadas a la técnica.

La doctora ha subrayado que «es importante desde la infancia evitar el uso de fármacos u otras sustancias con potencial nefrotoxicidad, sobre todo en aquellas poblaciones más susceptibles como niños prematuros, enfermos renales, hepáticos o situaciones de deshidratación, en las que estos fármacos aumentan su potencial tóxico».