ÁNGEL M. GREGORIS.- Raúl del Olmo volvió en verano de vacaciones con ganas de empezar el “nuevo curso”. Regresó a su trabajo de enfermero en el Hospital Severo Ochoa (Madrid) y retomó su rutina de entrenamientos de pádel y pilates como hasta entonces. Fue ahí cuando notó que algo pasaba; después de los entrenamientos sentía más cansancio del que correspondía al esfuerzo que había realizado y, lo peor, tenía fiebre. “Me empecé a mosquear porque los entrenamientos coincidían con la fiebre, las primeras veces tenía 39’5, otras 38, también 37. Tenía un dolor generalizado que me obligaba a meterme en la cama”, afirma Raúl.
Estuvo un mes haciéndose estudios y vigilando los síntomas. Analíticas, resonancias, ecografías, biopsias… “Me paraba a sentir qué es lo que me estaba pasando para poder contárselo al médico de la Unidad de Medicina Interna de Alta Resolución. He pasado por varios diagnósticos hasta que di positivo en los marcadores de la mielofibrosis”, recuerda el enfermero.
La mielofibrosis es una enfermedad en la que se empieza a fibrosar la médula del hueso y no deja espacio para los progenitores hematopoyéticos. Esto hace que salga de la médula y se empiecen a generar células inmaduras. Además, Raúl también tiene el bazo afectado.
Solución
¿La única solución? El trasplante de médula. Un trasplante que habrá que buscar entre la red de donantes de médula, que cuenta con más de 35 millones de personas registradas en todo el mundo. “El pronóstico siempre es malo y no me pueden decir el tiempo que tengo. Me han dicho que pueden ser cinco años, tres, uno… La última especialista me dijo que, posiblemente, antes de verano”, subraya. Y con esta incertidumbre, Raúl tiene que seguir adelante, esperando una llamada que le diga: “Tenemos un donante”. Mientras tanto, ha decidido continuar trabajando. “En el hospital me apoyan muchísimo, pero es cierto que estoy mejor con mi familia, sobre todo cuando me da por pensar y veo que no sé cuánto tiempo voy a poder compartir con ellos. Ahora, con 41 años, pienso que tengo una mujer y una niña de tres años y veo que esto se puede acabar y…”, se emociona.
Desde su posición de enfermero, él conoce perfectamente que no se pueden pedir donaciones para una persona en particular, pero considera que cuanta más gente done, más probabilidades hay de encontrar a alguien que pueda ayudarle. “Mi llamamiento es a nivel global, somos mucha gente en mi situación, niños, hombres y mujeres que cuanto más engorde la bolsa de donantes, más opciones tendremos todos. No todo el mundo tiene que tener su donante ideal, puede aparecer o no, pero cuantos más seamos, mejor”, apunta Raúl.
Además, lo más importante para él es que la gente conozca lo que es donar médula. “Hay un gran desconocimiento, enseguida se viene a la cabeza la donación de médula espinal y dicen que no, pero esto no tiene nada que ver. Lo que se busca son células madre, que se pueden extraer con una circulación externa como se haría con la diálisis. Te sacan la sangre, entra por un filtro y vuelven a meterla por otro lado. No tiene ningún riesgo para el donante. Eso sí, es muy importante que se informen de todo lo que conlleva porque es un ejercicio de compromiso y amor altruista”, explica Raúl, con esperanza, pero a la vez mucho miedo en su voz.
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3 Comentarios
Gloria Gonzalez Rodriguez
Dos deseos le pido a este año que empieza y son que recupereis la salud mi marido y tú Raúl, que se quede este año que terminamos como una pesadilla .
marisjo
La pena es que con 52 años no me dejan donar. Quien sabe si a mi edad podría ayudar a alguien … Espero que todo te vaya bien. Suerte!
Saturnino Pérez Pérez
Ánimo Raul,como bien sabes, España tiene el orgullo de ser primer pais del mundo, en Donantes de todo tipo,seguro encontrarán tu Donante ideal,y de trasplantes quirurqicos la cirugia Española esta con diferencia a la cabeza ,asi que el transplante de médula (con sus mínimos riesgos) resulta una intervención leve.Disfruta con tu familia estos dias de Navidad.Desde Leganes un cordial saludo