ALICIA ALMENDROS.- Está claro que el coronavirus no es un juego, pero Santiago Santana, un enfermero y abogado español decidió usar el juego para prevenir el virus COVID-19 en niños y niñas. “El día de la fiesta de carnaval del colegio de mis hijas, mi esposa y yo, pintamos el pelo de color rosa a una de ella y se me mancharon los dedos con el spray. Anduve todo el día lavándome las manos con agua y jabón para quitarme la pintura, mientras escuchaba las noticias del coronavirus y le necesidad del lavado de manos. Se me encendió la bombilla, y cuando fui a buscarlas al colegio se me ocurrió pintarles el coronavirus en el dorso de la mano. El objetivo es que el ‘bichito dibujado’ desaparezca al final del día tras lavarse mucho las manos”, explica Santana. “Les pinté las dos, porque si sólo hubiera pintado una era probable que el lavado no fuera tan efectivo porque haría que las niñas se frotasen solamente un dorso y no el otro. Así que pinte ambos dorsos”, añade.
Pero el enfermero era consciente que un coronavirus pintado en las manos sin más no genera de por sí la motivación de lavarse. “Los niños se pintan las manos continuamente jugando con muchas cosas y no por ello se las lavan. Así que para motivarlas se me ocurrió utilizar un sistema de premios, que no fuera puntual, por eso diseñe el juego por puntos. Estimé que el tiempo crítico de contagios sería en torno a 15 días y le sumé cinco más. De esta forma, cada día genera un punto y, al final, con 20 puntos se ganan un premio”, resalta Santana.
Una idea que funciona
La acogida por parte de sus hijas fue muy buena y “desde ese día les pinto las manos todas las mañanas, porque son ellas quiénes vienen a pedírmelo. Por las noches son ellas, igualmente, quienes se me acercan enseñándome sus dibujos borrados para que les contabilice el punto del día. De hecho, cada día diseñan un coronavirus nuevo y han añadido colores. El momento del dibujo se ha convertido en una diversión añadida durante la cuarentena”, argumenta el enfermero.
Al ver que la idea funcionaba en su casa, y con la intención de contribuir a prevenir decidió editar la infografía que está, desde hace unos días, en redes sociales y mandarla a familiares y amigos. “La firmé como Narwhal Tabarca, que es un pseudónimo que uso para temas audiovisuales y de poesía desde hace años y la lancé al ciberespacio”, comenta.
El éxito en redes ha sido brutal, Santana reconoce que no se lo esperaba en absoluto: “lo lancé por la noche y por la mañana varios amigos me enviaron fotos de puñitos con los coronavirus dibujados. Se me saltaron las lágrimas cuando vi el móvil porque no esperaba esa reacción. Esa misma mañana se estaba realizando el juego ya en varios puntos de España, pero conforme avanzaba el día fui recibiendo otros feedbacks en redes de gente que lo iba jugando incluso en otros países. Su difusión ha ido en aumento, a día de hoy tengo confirmación de niños jugando en EEUU, Venezuela, Qatar, Paraguay, Colombia, Argentina, Líbano, Uruguay y México. Y cada día que pasa la lista se va ampliando. Anoche pensé que sería buena idea traducir el juego a otros idiomas, y es una de las tareas que tengo apuntadas para hacer ahora”, resalta. Sin duda, una iniciativa que ayuda a frenar el coronavirus.
Recomendaciones para estos días en casa
La prevención es clave estos días. “Como enfermeros nuestra labor es cuidar. Los compañeros que están enfrentándose al virus en los centros sanitarios tienen una labor encomiable y fundamental en esta batalla y nosotros, desde casa, también debemos cuidar a los nuestros. No dejamos de ser enfermeros por estar en casa, la profesión se lleva por dentro. A todas las familias les recomendaría que aprovechen el tiempo para disfrutar de sus hijos. Podemos adoptar una actitud resilente y salir fortalecidos de esta situación”, expone Santana. “Sobre todo, les diría que hagan frente a la crisis con una sonrisa en la cara y actitud positiva, infundiéndoles tranquilidad y paz a sus hijos. Si los niños nos ven tranquilos, ellos se sentirán tranquilos”, prosigue.
Y es que esto, es un problema de todos que requiere de la implicación de todos. “El magnífico sacrificio que están haciendo nuestros compañeros en los centros sanitarios no desplegará todos sus efectos si la población no se queda en casa”, finaliza Santana.
me encantó gracias por compartirla
Muy bien me alegra así los niños aprenden divirtiéndose.
muy buena historia