GEMA ROMERO.- Resistencia a la insulina, disfunción vascular, cambios en la fibra muscular, reducción de la aptitud cardiorrespiratoria, pérdida de masa y fuerza muscular, pérdida de masa ósea, aumento de la grasa corporal total y de la grasa abdominal, de las concentraciones de lípidos en sangra y de la inflamación. Esos son algunos de los riesgos para la salud del sedentarismo según un estudio publicado en Physiologial Reviews, la revista de la Asociación Americana de Fisiología. Así, un estudio describe la fisiología del sedentarismo y sus riesgos para la salud.
El sedentarismo tiene una gran prevalencia en la vida diaria y la mayoría de la población está expuesta, en mayor o menor medida, a los riesgos para la salud que supone estar demasiado tiempo sentado o tumbado. Se define como cualquier comportamiento de vigilia caracterizado por un bajo gasto energético. En los adultos este tiempo de inactividad puede oscilar entre 5 y 11,5 horas al día.
Durante los últimos 20 años se han publicado diferentes artículos sobre los riesgos para la salud, especialmente para comprender las consecuencias para la salud de las horas diarias de sedentarismo y las estrategias de contramedida destinadas a reducir/interrumpir el tiempo de sedentarismo.
Ahora, un equipo multinacional de investigadores ha analizado todos esos artículos, revisando las pruebas fisiológicas más relevantes relacionadas con el peso corporal y el equilibrio energético, el metabolismo intermedio, los sistemas cardiovascular y respiratorio, el sistema musculoesquelético, el sistema nervioso central, y la inmunidad y las respuestas inflamatorias.
Intervenciones a largo plazo
A este respecto han llegado a la conclusión de que “ pesar de las marcadas diferencias entre los distintos estudios, las intervenciones a más largo plazo dirigidas a reducir/interrumpir el sedentarismo han producido beneficios pequeños, aunque marginalmente significativos desde el punto de vista clínico, sobre el peso corporal, el perímetro de la cintura, el porcentaje de grasa corporal, la glucosa en ayunas, la insulina, las concentraciones de HbA1c y HDL, la presión arterial sistólica y la función vascular en adultos y personas mayores”.
De cara a futuras investigaciones, sostienen que estas deberían centrarse “en la investigación de los mecanismos moleculares y celulares que sustentan las adaptaciones al aumento y la reducción/interrupción del sedentarismo y la actividad física para influir en los sistemas fisiológicos y la salud general en diversos grupos de población”.
Para Silvia Domínguez, enfermera del Instituto Español de Investigación Enfermera del Consejo General de Enfermería, “es importante que las enfermeras conozcamos con evidencia científica la importancia que tiene el sedentarismo en la salud de las personas. Algunas de las consecuencias, como la resistencia a la insulina o la disminución de la capacidad cardiorrespiratoria, son especialmente relevantes y debemos tenerlas en cuenta de cara al papel que desempeñamos en la promoción de hábitos de vida saludable, entre ellos, el fomento de incrementar la actividad física en aquellos pacientes con un perfil más sedentario en su vida diaria. Con pruebas, con datos, podemos convencer mejor a nuestros pacientes”, ha destacado en declaraciones a diarioenfermero.es.