EUROPA PRESS.- La conjuntivitis es una de las posibles manifestaciones clínicas de la enfermedad por coronavirus y padecerla puede suponer el primer síntoma de haber contraído infección, según se desprende de una investigación llevada a cabo por oftalmólogos del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
El estudio, realizado en 301 pacientes hospitalizados en el centro hospitalario con edad media de 72 años y publicado en Graefe*s Archive for Clinical and Experimental Ophtalmology, es el primero de España que describe las características clínicas de la conjuntivitis, revelando una prevalencia del 11,6 por ciento de los enfermos.
«Por tanto, uno de cada diez pacientes hospitalizados podría desarrollar conjuntivitis relacionada con COVID-19 durante alguna de las etapas de la misma», ha explicado una de las autoras del estudio y oftalmóloga del Hospital Clínico San Carlos, Bárbara Burgos.
Estos hallazgos pueden ayudar a otros médicos a un diagnóstico precoz de la infección. Y es que, la conjuntivitis asociada a Covid-19 se puede presentar en uno o ambos ojos, con síntomas como ojo rojo, acompañado de lagrimeo o leve secreción. Además, suele ser una condición que se resuelve espontáneamente en dos o cuatro días y no se han identificado, por el momento, secuelas visuales ni complicaciones graves asociadas.
En este sentido, los autores han señalado que la actual prevalencia de la conjuntivitis entre pacientes con Covid-19 puede estar «infraestimada», lo que se puede explicar porque pacientes leves, o muy leves, no han sido conscientes de padecer la enfermedad; y por el desconocimiento de esta sintomatología, especialmente durante el comienzo de la pandemia.
Finalmente, oftalmólogos del Hospital Clínico, en colaboración con microbiólogos del mismo centro, han llevado a cabo otro estudio, pionero en Europa, sobre 36 pacientes con diagnóstico confirmado de COVID-19, publicado en Journal of Infection’ y en ‘Journal Medical Virology, en el que se trató de determinar la presencia del virus en la lágrima y secreciones oculares mediante PCR de muestras oculares, lo que revelaría el papel del ojo como posible vía de transmisión de la infección.
Debido a la comunicación de la superficie ocular con el aparato respiratorio y gastrointestinal a través del sistema de drenaje lagrimal, el ojo podría actuar también como una vía de propagación de la infección. Sin embargo, parece que la técnica PCR de muestras oculares no tiene una alta rentabilidad diagnóstica en la identificación del virus, detectándolo sólo en el 5,5 % de los pacientes, según opinan los autores.