DAVID RUIPÉREZ.- Una dosis mínima de estrés contribuye a ser más eficiente en el trabajo —laboral y doméstico—, a controlar mejor los tiempos, a fin de cuentas a rendir más. Pero la línea que separa esa tensión positiva de la sensación de estar sobrepasado es bastante fina. El estrés desbocado tiene consecuencias a nivel psicológico y fisiológico, con relación con las patologías cardiovasculares y la evolución negativa de múltiples patologías. Con el fin de autogestionar el estrés acaba de llegar al mercado un nuevo dispositivo que puede resultar de utilidad a un abanico amplio de profesionales.

iRelax es un pequeño gadget que no necesita interacción con nuestro teléfono móvil ni el ordenador para medir las respuestas del organismo al estrés y la ansiedad. Es decir, es autónomo y sólo requiere un par de pilas. Refleja el estado actual y permite en cierto modo entrenarse para controlar el estrés. Tal y como explica Pablo Muñoz, CEO de Nascia, la casa fabricante, “el dispositivo recoge el volumen del flujo sanguíneo y calcula la variabilidad cardíaca, frecuencia cardíaca y la relación entre estas medidas y la respiración. Al seguir la guía de respiración que sale en la pantalla, el dispositivo devuelve un feedback al usuario en forma de punto rojo, azul o verde según el estado de su sistema cardiovascular”.

El uso no puede ser más sencillo, basta con ponérselo a modo de pinza en el dedo índice o corazón y seguir los patrones de respiración que se muestran en los pulmones de su pantalla OLED a color. Durante el proceso, un corazón muestra los latidos por minuto. A medida que el usuario se relaja el número disminuye. Una barra azul muestra la intensidad y la fuerza del pulso. Resulta interesante fijarse también en la parte inferior de la pantalla donde se muestra la variabilidad del ritmo cardíaco y se puede observar la irregularidad de la gráfica, lo que evidentemente no es bueno.

El precio del aparato es de unos 150 euros.