MARINA VIEIRA.- “Todo surgió hace cuatro años cuando sufrí una fractura de tibia y tuve una inmovilización de más de dos meses y medio” cuenta Ricardo Veiga, un enfermero emprendedor que ha decidido apostar fuerte por un proyecto de impresión de férulas 3D que tiene la intención de acabar con las incomodidades generadas por las férulas de yeso. “Por aquél entonces mi socio y yo teníamos un pequeño negocio de redes sociales y con las alertas tecnológicas de Google vimos el proyecto de final de carrera de un chico que se centraba en una inmovilización de un hueso con impresora 3D. Teniendo la pierna como la tenía con todos los problemas que generaba en mi día a día la escayola, empecé a planteármelo y lo tuve claro cuando me quitaron el yeso: había perdido por completo el tono muscular y me quedaba una recuperación de más de un año”.
Esta experiencia, junto con su formación de enfermero, hizo que el emprendedor y su socio se pusieran en contacto con un “grupo de diseñadores industriales y desarrolladores de software que conocíamos de la zona de Gerona” y se informaran del estado de la tecnología de impresión 3D y “así comenzamos la aventura de Xkelet”, explica Veiga a diarioenfermero.es.
La férula
La técnica utilizada es “muy sencilla”, su valor diferencial es que buscan una “estructura muy abierta donde el paciente pueda ejercer desde el día uno su actividad normal”. También quería que la recuperación con “fisioterapeuta se llevase a cabo desde el principio” y “mantener una higiene” que no se consigue con las escayolas al uso. “Con la higiene aumentamos el estado psicológico de la persona y podemos empezar a utilizar técnicas como la electroestimulación, magnetoterapia o ultrasonidos”. Los responsables de esta empresa consideran que las férulas tradicionales se han quedado obsoletas y que los pacientes deben tener otras opciones para reducir el proceso de recuperación de una fractura.
Las férulas de Xkelet, además, se adaptan al paciente. “La idea es que cada férula se imprima para cada paciente y su patología”, son dispositivos personalizados a cada una de las necesidades del paciente buscando siempre el objetivo de “acelerar su recuperación”.
Formación como enfermero
Para valorar este proyecto era necesario tener una “sección muy técnica o por lo menos cercana a la sanidad” explica Veigas, el enfermero conocía desde hace cuatro años que el estado de la técnica en la impresión 3D no estaba tan avanzado y quisieron pedir opinión a departamentos médicos y farmacológicos “las opiniones fueron súper positivas” por lo que decidieron seguir adelante. “Mi formación como enfermero me ha aportado el criterio sanitario necesario para poder liderar el proyecto» asegura Veiga.
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