REDACCIÓN.- Más de la mitad de los adultos mayores (aquellos que superan los cuarenta años) con depresión clínica no experimentan mejoría cuando se les trata con antidepresivos. Sin embargo, los resultados de un ensayo clínico multicéntrico desarrollado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis (EE.UU.) indica que la suma de un segundo fármaco -un medicamento antipsicótico- al tratamiento ayuda a muchos de estos pacientes.

El hallazgo, obtenido a partir de un estudio llevado a cabo sobre una muestra de 468 personas mayores de 60 años y diagnosticadas de depresión, acaba de publicarse en la revista The Lancet. Está patrocinado por el Instituto Nacional de Salud Mental y es el más grande de su tipo jamás realizado entre este tipo de pacientes.

Investigaciones previas en pacientes más jóvenes con depresión ya habían demostrado que añadir una dosis baja del fármaco antipsicótico aripiprazol (cuyo nombre comercial es Abilify) contribuía a aliviar los síntomas de depresión cuando un solo antidepresivo no era efectivo, pero este nuevo estudio es el primero en demostrar que la misma estrategia también funciona en adultos mayores: la combinación de dos fármacos puede aliviar la depresión en un número significativo de pacientes y también reducir la probabilidad de que desarrollen pensamientos suicidas.

“Es importante recordar que los adultos mayores pueden no responder a la medicación de la misma manera que los adultos jóvenes”, ha explicado el autor principal del estudio, Eric J.Lenze, profesor de Psiquiatría en la Universidad de Washington. “Existen variaciones relacionadas con la edad en el cerebro y el cuerpo que sugieren que ciertos tratamientos pueden funcionar de manera distinta, en términos de beneficios y efectos secundarios, en adultos mayores. Incluso cuando una determinada estrategia funciona para pacientes de 30 años, necesitamos probarla en pacientes que ronden los 70 antes de que pueda considerarse efectiva para pacientes mayores”.

Efectos económicos

Un estudio publicado en 2007 ya estimaba que alrededor de siete millones de adultos americanos mayores -de un total de 39 millones- padecían depresión clínica. Más del 90% no recibían los cuidados necesarios, y el 78% no se estaba sometiendo a ningún tratamiento.

Las consecuencias de este problema resultan muy costosas también a nivel económico: los pacientes de edad avanzada con depresión clínica utilizan más servicios de salud, produciendo un gasto sanitario hasta dos veces superior al resto de personas. Además, el índice de suicidios entre las personas mayores de 75 años es más alto que en ningún otro grupo de edad, y la depresión es también un factor de riesgo de cara a sufrir demencia.

Uno de los coautores del trabajo y científico senior en el Centro de Adicciones y Salud Mental de Toronto (Canadá), Benoit H. Mulsant, ha explicado que “se trata de un estudio excepcional porque está focalizado en los adultos mayores. Es importante tratar a las personas en esta franja de edad, dado que los adultos que padecen depresión en una etapa tardía de la vida tienen mayor riesgo de desarrollar demencia. Nuestro estudio demuestra que los adultos mayores responden a la terapia para depresión”.

Cada paciente participante en el estudio recibió una formulación de liberación prolongada del fármaco antidepresivo venlafaxina, cuyo nombre comercial es Effexor XR, durante doce semanas. Aproximadamente la mitad de estos pacientes aún padecía depresión clínica después de este periodo de tratamiento.

“Sabemos que en el segmento de adultos mayores con depresión, aproximadamente la mitad no responde a la medicación”, ha explicado Lenze. “Puede que presenten una mínima respuesta, pero seguirán estando deprimidos. La pregunta que nosotros queremos responder es si hay algo más que podamos hacer por ellos”.

Segunda fase

Para la segunda fase del estudio, los pacientes que inicialmente no respondieron a la venlafaxina siguieron tomando el fármaco junto con aripiprazol o con placebo. El aripiprazol se prescribe habitualmente para tratar casos de esquizofrenia y episodios maníacos asociados a un desorden bipolar.

La combinación de los dos fármacos produjo una remisión de la depresión en el 44%  de los pacientes resistentes al tratamiento, en comparación con el 29% de aquellos que recibieron el placebo.

Los investigadores subrayan que el aripiprazol es un fármaco muy seguro y eficaz que además es altamente tolerado entre los pacientes, aunque su uso debe ir acompañado siempre de una adecuada monitarización.

Algunos de los pacientes que tomaron la combinación de fármacos experimentaron agitación y otros presentaron signos de rigidez o párkinson leve, en general los efectos secundarios registrados fueron suaves y efímeros.

“Los beneficios potenciales superan en mucho a los efectos secundarios”, ha asegurado Lenze, quien añade que de hecho no han observado otros posibles efectos más esperados como problemas metabólicos o aumento de peso.

La pregunta que queda todavía por responder es cómo se puede predecir qué adultos mayores con depresión tienen posibilidades de beneficiarse de la combinación de fármacos, o lo que es lo mismo, qué factores les hacen responder a unas formas de tratamiento u otras.