MARINA VIEIRA.- En el centro de Salud de Blanquer de Inca (Mallorca), los niños salen de la consulta de enfermería con una sonrisa. El espacio de trabajo del enfermero que atiende a los más de 2.600 niños que pasan por su consulta es distinto a todo lo que un centro sanitario nos tiene acostumbrados. Ahí no hay fonendos, no hay esparadrapos o asustadizas jeringuillas a la vista, el innovador enfermero ha sustituido los elementos típicos de una consulta al uso por juguetes, infografías y divertidos carteles educativos para los niños. El encargado de llevar a cabo esta idea que tiene maravillados a todos los pacientes que pasan por ahí es Bartolomé Villalonga. El enfermero balear prefiere que se refieran a él como Tolo y es así como le conocen los usuarios de la consulta.
Otro concepto de consulta
“Me llamaba mucho la atención que las consultas, sean de centros de salud o de hospitales no hubieran cambiado en 30 años”, explica el enfermero a diarioenfermero.es “tan sólo a nivel estético, la diferencia más significativa es que hay un ordenador, con su teclado e impresora. En general seguimos con una mesa en el centro separando el vínculo entre el profesional y el paciente”. Cuando a los pacientes se les pregunta por cómo se imaginan una consulta normal describen a un “profesional sanitario en un lado de la mesa y en la otra al paciente. E incluso ahora es peor porque generalmente entre los dos hay un ordenador cuya parte trasera se dirige hacia las personas que atendemos”, describe. Por el contrario, cuando esa pregunta va dirigida a explicar cómo es la consulta de Tolo la descripción sería completamente distinta: “es un espacio donde la mesa no interfiere la comunicación ni el vínculo entre el profesional y el usuario. La mesa está contra la pared, las sillas al mismo nivel o parecido y el ordenador estaría dirigido hacia ambos”, el enfermero opta por utilizar el ordenador como “herramienta comunicativa” entre el profesional sanitario y el paciente.
Una infografía participativa
Soñar con un espacio en el que el paciente se sienta cómodo, libre y seguro es posible. También se puede conseguir que este lugar sea capaz de aumentar la confianza entre el paciente y el profesional sanitario. Esta consulta tiene una función pedagógica y ha sido distribuida en diferentes rincones: “por ejemplo, el rincón de la alimentación cuenta con una tabla tipo semáforo participativo con figuras de alimentos en cinta de velcro, una rueda de distribución de alimentos y una información sobre alimentación complementaria”, describe el enfermero. También cuenta con un rincón de la vida activa, un rincón del cuerpo humano y un rincón de lectura, entre otros. Cada uno de ellos tiene material con el que el paciente puede interactuar y aprender, el enfermero quiere dejar claro que todo lo que está en la consulta son “aspectos educativos”, y que no son juguetes o “elementos decorativos”. Lo define como “una infografía que nos da la posibilidad de participar”.
Pedagogía en la consulta
En un primer momento, el enfermero concibió este cambio como “un proceso personal”, en el que reflexionaba cómo le gustaría que le tratasen si tuviese que acudir a la consulta. Por esta razón empezó a hacer “pequeños cambios estructurales” cambió “la ubicación de la mesa y las sillas” y eliminó “cualquier detalle de la consulta que pudiese interferir negativamente en el mensaje de salud de los pacientes”.
Pero poco a poco fue más allá y al final ha ampliado la renovación de su consulta implementando metodologías activas de otras disciplinas profesionales como la educación: “me ha resultado muy enriquecedora la experiencia de mis hijas en el colegio público del pueblo, ellas aprenden todo el contenido curricular mediante metodologías diversas, no tradicionales, y es espectacular lo felices que vienen y manejan la información aprendida. En mi caso, dedico gran parte del día a la educación en salud, ya sea para mantener o proponer cambios de conducta, y he encontrado en las metodologías activas un proceso de aprendizaje significativo mucho más eficiente que las tradicionales”, confiesa a diarioenfermero.es.
Tolo considera muy positivo que su modelo de “consulta por rincones de salud” se exporte a otros centros hospitalarios e incluso a otras disciplinas. Pone de ejemplo el caso de una consulta hospitalaria de cardiología donde “una enfermera está manejando una serie de información básica a los usuarios que acudan. Sería interesante adaptar esta consulta con rincones adaptados a la situación y edad de los pacientes que acudan a ella”. Considera esencial dejar claro que este tipo de consultas tienen un estudio detrás, cada rincón de salud se ha evaluado a las necesidades del paciente. “No es una consulta decorada, es una consulta educativa en salud”, constata. Actualmente el enfermero balear está diseñando -gracias al respaldo de la gerencia de Atención Primaria- un material básico de cinco rincones de salud en ocho consultas de pediatría de Mallorca y declara que está abierto a exportar esta metodología para que “otras enfermeras puedan experimentar esta nueva forma de atender a las familias y estudiar sus efectos beneficiosos para el profesional y la población en general” por lo que publicará “los resultados para que estén al alcance de todos”.
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