EUROPA PRESS/REDACCIÓN-. Al igual que una monitorización constante es positiva para deportistas -y no sólo para medir el ritmo de carrera- hay muchos pacientes que pueden beneficiarse de un control periódico o cualquier persona que puede sufrir una arritmia no detectada. Ante un evento cardiovascular, la atención de emergencia temprana es clave, por ejemplo para salvar músculo cardiaco en el caso del infarto de miocardio o las funciones cerebrales si sufrimos un ictus.

En el primer supuesto, un nuevo dispositivo portátil puede salvar más de 300.000 vidas en Europa porque cuando a un ciudadano le da un infarto en plena calle no siempre quien se toma con la escena sabe reaccionar. O incluso pude ser una hora intempestiva o un paraje solitario y que nadie pueda avisar al 112. Un equipo multidisciplinar de la startup Worldwide Hearth Control, del que forma parte la enfermera y exalumna de las Escuelas Universitarias Gimbernat (Cantabria), Nadine Badillo ha desarrollado HC-One, un dispositivo capaz de detectar anomalías cardíacas, gracias a que cuenta con una banda pectoral que realiza un electrocardiograma en tiempo real mientras el usuario realiza cualquier actividad.

Este sistema permite la monitorización en tiempo real de los ritmos cardíacos, ya que puede conectarse a través de una app a cualquier «smartphone» a través de tecnología «Bluetooth». Además, establece varios niveles de alerta: una baja, en la que la detección no es relevante y da al usuario unas pautas de recomendación para evitar una nueva alteración; y una media, que aconseja visitar al médico para poder analizar esta variación del ritmo cardíaco y realizar las pruebas pertinentes.

Asimismo, cuenta con un tercer nivel, la alerta alta, que avisa del riesgo de infarto inmediato y activa los sistemas de emergencia médica para que se desplacen hasta el lugar donde se encuentra el usuario para atenderle lo más rápido posible.

Dos líneas

Actualmente, se está trabajando en dos líneas de producto. La primera, es la banda pectoral para deportistas de alto nivel que practican actividades de alta intensidad y que tiene previsto salir al mercado en 2020. Como proyecto a medio plazo, el objetivo es obtener la certificación del dispositivo para que los facultativos puedan prescribirlo a los pacientes con antecedentes de anomalías cardíacas.