JAVIER IRURTIA.- Enseñar a los más pequeños cómo detectar un ictus y reivindicar el papel de educadora sanitaria de la enfermera son los dos objetivos principales de “Supericturines. El tiempo de nuestro cerebro”, cuento escrito por la enfermera navarra Reyes Barrero Herrero. La idea surgió entre varias enfermeras de la Unidad de Ictus del Complejo Hospitalario de Navarra (CHN), donde Reyes Barrero trabajó durante siete años. “Se nos ocurrió por nuestra experiencia como madres: debido a los horarios de trabajo, los niños cada vez pasan más horas con sus abuelos. Por ello, es importante que sepan reconocer los síntomas de un ictus y de actuar llamando al 112. Además, hoy en día los padres cada vez somos más mayores y con la edad aumentan las posibilidades de sufrir un ictus”, detalla Reyes Barrero.
El proyecto incluía crear un grupo de enfermeras de la Unidad de Ictus que pudieran disponer de unas horas libres “para acudir a los colegios y educar a los niños sobre hábitos saludables en relación al ictus, pero explicarles también qué es una emergencia vital y cuándo hay que llamar al 112. En este momento, se está buscando una vía desde el CHN para poder llevar a cabo esta acción”, indica.
“En definitiva, -concreta Reyes Barrero- queremos destacar el papel de la enfermera como educadora sanitaria, no solo en los centros de salud o en los hospitales, sino también en los colegios. Es decir, la idea era al mismo tiempo favorecer la implantación de la enfermera escolar”.
De forma muy resumida, el cuento narra la actuación de dos hermanos, chico y chica, ante el ictus que sufre su abuelo. Recuerdan la educación que les había proporcionado una enfermera en el colegio sobre los signos de un ictus y, gracias a su rapidez al alertar al 112, su abuelo se recupera bien del episodio.
Además, el relato incluye otros aspectos como los hábitos saludables (lavado de manos, inclusión de alimentos como el aceite de oliva y fruta en la merienda), al igual que un enfoque de igualdad en las actividades que realizan los protagonistas.
Dado que el proyecto no contaba todavía con apoyo institucional, Reyes Barrero ha optado por la autoedición: “Hemos publicado mil ejemplares en castellano y euskera, que están disponibles en más de 30 librerías y van a ser distribuidos por Elkar”. El cuento, dirigido a niños y niñas de entre 8 y 12 años, tiene un precio de 8 euros.
La traducción al euskera de “Supericturines. El tiempo de nuestro cerebro” ha sido realizada por una amiga de Reyes y las ilustraciones han corrido a cargo de Gloria Cano Baglieto.
En cuanto a la portada, que representa un reloj de arena con sangre en su parte superior y un coágulo que dificulta su paso hasta el cerebro situada en la inferior, fue dibujada tras leer el cuento por los hijos de Reyes, Aintzane y Xabier, de 11 años. De hecho, la enfermera reconoce que le ayudaron mucho a la hora de escribirlo “porque tenía que contar la historia en un lenguaje adaptado a su edad”.
Publicado a finales de febrero, Reyes Barrero considera que ha logrado parte de su objetivo. “De momento, dos colegios de Pamplona ya han mostrado su interés por trabajar en clase con el cuento”, concluye.