ALICIA ALMENDROS.- En España más de 19 millones de pacientes tienen una patología crónica, algo que podría multiplicarse en los próximos años teniendo en cuenta el aumento de esperanza de vida. Actualmente el abordaje de la cronicidad ocupa gran pate de las consultas, especialmente en Atención Primaria. Para llevar a cabo un mayor control de estos pacientes nace Lola, una enfermera virtual. “Lola surge de la necesidad de controlar a los pacientes con enfermedades crónicas frente a la posibilidad de infra seguimiento durante los años por COVID-19, que podía causar descompensaciones de su patología, aumento de la movilidad y sentimiento de abandono parte de las instituciones sanitarias”, explica Laura Aguilera, enfermera de Continuidad Asistencia del Hospital Universitario de Torrejón (Madrid).
La innovadora idea fue creada por María González junto a su socio Marcos Rubio, dos jóvenes ingenieros biomédicos de Tucuvi que buscaban aplicar la tecnología para mejorar la asistencia sanitaria y que han conseguido quedar finalistas en los premios de la Fundación Mapfre a la innovación.
Pacientes con EPOC
El Hospital de Torrejón es uno de los centros donde se aplica esta tecnología. “Actualmente tenemos 25 pacientes en seguimiento semanal. Pero hemos llegado a tener 225 pacientes en seguimiento diario para control de pacientes COVID-19 inestables.”, comenta la enfermera de continuidad asistencial de Torrejón. Los pacientes con los que “trata” Lola padecen EPOC estable, aunque en un estado moderado-grave de su enfermedad que requiere seguimiento periódico dada la fragilidad y el riesgo elevado de descompensación.
“Nuestra asistente virtual realiza una llamada semanal a todos los pacientes y si Lola detecta descompensación en las respuestas obtenidas lanza una alarma que llega a los tres profesionales implicados en el proyecto”, resalta Aguilera. Y es que detrás de esta enfermera virtual hay profesionales de carne y hueso. “Los sanitarios implicados en este proyecto han creado algoritmos que sigue Lola para detectar descompensaciones en el estado de salud de los pacientes”, afirma la enfermera. “La figura de enfermería cobra importancia cuando Lola lanza una alerta, ya que actuamos como gestoras de cada caso de forma individualizada. Si realmente confirmamos la alerta, procedemos a la llamada personal”, añade.
Caso a caso
Dependiendo de las respuestas obtenidas se procede a la gestión de cada caso. En los pacientes en los que se detecta descompensación leve, se procede a citar lo antes posible en la consulta de Neumología, normalmente al día siguiente. Si la situación es sugestiva de descompensación moderada, se avisa al servicio de Hospitalización a Domicilio para que un sanitario haga una valoración ese mismo día; y si la situación es grave, se deriva al paciente al servicio de Urgencias.
Sin duda una iniciativa que mejora la vida de los pacientes. “Se sienten seguros y respaldados en el seguimiento de su enfermedad, ya que saben que la figura sanitaria está detrás de esa llamada. Los pacientes saben que, si contestan con cualquier descompensación, les vamos a llamar ese mismo día y al día siguiente, como muy tarde, serán valorados por un sanitario de forma presencial en consulta o directamente en su domicilio”, resalta Aguilera. “Este circuito evita derivaciones a Urgencias innecesarias y traslados del paciente al hospital o a su centro de salud para visitas periódicas a consultas”, finaliza.