ALICIA ALMENDROS.- El enfermero catalán Miquel Miquel Àngel Calderó Solé implementó en el Hospital Universitario Santa María, Hospital Universitario Arnau de Vilanova y Facultad de Enfermería y Fisioterapia de la Universidad de Lleida una Guía de Buenas Prácticas centradas en la persona y familia, y gracias a ella se ha conseguido reducir la variabilidad en los cuidados enfermeros consiguiendo mejores resultados. Este enfermero que durante su proyecto se basó en el programa Best Practice Spotlight Organization (BPSO), ha viajado hasta el Congreso Internacional de Enfermeras de Singapur para mostrar su trabajo a través de un póster que ha sido expuesto en congreso. “La guía dispone de una serie de recomendaciones para la práctica clínica, para la docencia y para las organizaciones y las políticas de salud. Dichas recomendaciones han sido elegidas para su implantación en las unidades seleccionadas y se han distribuido a lo largo de los tres años del proyecto”, expone Calderó.

Para poder implantar estas recomendaciones en la guía, los líderes y referentes han planificado una serie de actividades a realizar, que se han asignado a los grupos de trabajo para su desarrollo. Las pautas se centran en el ámbito de la formación -teniendo en cuenta aquello que la enfermera necesita saber-, recomendaciones para la práctica clínica -lo que la enfermera tiene que hacer-, y finalmente recomendaciones para la organización y las políticas, lo que necesita la organización para una cultura de buenas prácticas. “Las recomendaciones seleccionadas pretenden ayudar a los profesionales, pacientes y familiares en la toma de decisiones sobre la atención sanitaria más acertada para las condiciones clínicas específicas de cada persona y situación sanitaria”, argumenta el enfermero.

Impulso

El programa BPSO ha sido implementado en Lleida y dispone de más de 160 impulsores o profesores de los cuales cerca de 70 corresponden a la guía de cuidados centrados en la persona y la familia. “La implementación en Lleida nos permitió centrarlo en nuestro territorio de referencia, siendo el segundo proyecto de implantación en Cataluña y uno de los 18 acreditados de todo el territorio español”, resalta Calderó. Tras tres años de puesta en marcha de esta guía, se ha conseguido reducir la variabilidad en los cuidados enfermeros, a la vez que se garantiza que la práctica clínica proviene de los resultados de la investigación y de la mejor evidencia disponible en el momento. “Asímismo, ha permitido identificar los puntos de mejora y dirigir las intervenciones de investigación, a la vez que reducir de manera significativa algunas intervenciones de poco o nulo efecto o que incluso pueden provocar daños”, añade.

Calderó va a ir un paso más allá, “nos vamos a centrar en aquellos aspectos referidos a la humanización de los cuidados y atención que las enfermeras prestan. También se van a tener en cuenta aquellos aspectos susceptibles de mejora que han sido así evaluados en la auditoria de implantación del proyecto, recientemente llevada a cabo”, resalta. Aprovechando su asistencia al congreso con la presentación de este póster, el enfermero animar a sus enfermeras a que asuman el rol de impulsoras de alguna de las guías BPSO, “puesto que dicha figura incentiva la difusión de la evidencia, ayuda en la transferencia de conocimiento y promueve la integración de las prácticas basadas en dicha evidencia, siendo una clara acción que transforma el conocimiento en acción”, finaliza.