ÁNGEL M. GREGORIS.- Fiona Allan sufre una enfermedad genética grave que le obligó a llevar una sonda de alimentación nasal y un catéter quirúrgico. Esta situación, indudablemente, ha condicionado su vida y le resultó difícil adaptarse a esta nueva apariencia. Consciente de esto y luchando contra las adversidades, la mujer, afincada en Glasgow (Escocia), quiso poner una sonrisa en los rostros de los niños que, como ella, tienen que enfrentarse a una situación parecida y creó peluches que también llevaban estas sondas u ostomías para que los más pequeños pudiesen jugar con ellos y sentirse completamente normales.
“Me resultó difícil acostumbrarme a la vida con cosas médicas adicionales en mi cuerpo. Tengo el síndrome de Ehlers Danlos y en 2017 estuve un tercio del año en el hospital, donde me pusieron un tubo nasal. Esto surge porque un amigo me pidió que hiciese un peluche para una niña con autismo y funcionó tan bien que me pidieron más”, explicó la joven en la BBC.
En este sentido, Fiona considera que estos muñecos, hechos con accesorios reales, ayudan a los niños a adaptarse y enseñan a los que les rodean sobre la salud del menor. “Los niños enfermos a menudo tienen hermanos que no lo están y esto les ayuda a acostumbrarse. Pueden jugar con ellos, tocarlos e incluso aprender lo que hacen sus padres para cuidarlos y limpiarlos”, afirma la inventora.
Tal y como contaba la madre de uno de estos niños: “El peluche ha ayudado a mi hija a adaptarse a los dispositivos médicos que tiene ahora. Le distrae y es reconfortante y fácil de explicar a otros niños pequeños por qué ella necesita esos tubos para sobrevivir”.
Gracias a la ayuda de compañías de suministros médicos, Fiona pudo utilizar material de verdad para mantener sus ositos fieles a la realidad. “Estoy ayudando a niños en la misma situación en la que estoy yo y sólo por eso vale la pena hacerlos felices”, ha destacado.