REDACCIÓN.- El Colegio de Enfermería de Málaga ha manifestado su preocupación y repudio a la violencia contra enfermeros y otros profesionales sanitarios, ante una nueva agresión denunciada el pasado miércoles en Coín, Málaga. Asimismo, ha recordado que desde esta entidad se ha solicitado en varias ocasiones, en los distintos foros de agresiones, que se establezcan los mecanismos necesarios para evitar que crezcan los casos de violencia en los centros de salud y hospitales.

En la agresión registrada en Coín, según otros medios de comunicación, una paciente agredió física y verbalmente a un enfermero, llegando a insultarle, toserle y escupirle en la cara, mientras decía que estaba enferma de COVID-19. El caso de Coín no es aislado. Según datos del Servicio Andaluz de Salud (SAS) recopilados por el Sindicato de Enfermería SATSE, solo en el primer semestre de 2020 se han producido 494 actos violentos contra profesionales sanitarios, con 81 agresiones físicas y 413 de otra naturaleza. En el caso de Málaga, se han registrado 108 casos, 25 ataques físicos y 83 verbales.

Desde el colegio provincial explican en un comunicado que siempre se han intentado activar mecanismos para evitar estas situaciones. “El Colegio de Enfermería de Málaga está constantemente en contacto con los interlocutores policiales de la provincia, el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil, aportando ideas, tanto en materia de prevención como en atención a los profesionales, en caso de producirse una agresión”, indica José Miguel Carrasco, presidente del Colegio de Enfermería de Málaga.

Asimismo, para afrontar este tipo de situaciones de violencia, el colegio pone a disposición de sus colegiados, el servicio de asesoría jurídica, las 24 horas del día, los 365 días del año. El teléfono frente a agresiones es el 690 948 815. Además, en la página web colegioenfermeriamalaga.com están disponibles los recursos para prevenir, denunciar y afrontar este tipo de actos de violencia en los centros sanitarios. En este sentido, Carrasco resalta la importancia de respaldar al personal agredido desde el instante del acto violento y hasta que sea necesario: “No hay que olvidar la situación posterior a los hechos. En muchos casos, se continua ofreciendo asistencia a los agresores en los mismos centros donde se ha producido la agresión”.