A. ALMENDROS.- Una “píldora en una cadena”, diseñada por investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), podría ayudar a detectar el cáncer de esófago y garganta en una etapa temprana, según un estudio publicado en la revista Nature Genetics.

El “Cytosponge” se encuentra dentro de la pastilla que cuando se ingiere se disuelve revelando, al retirarse, una esponja que raspa y recoge las células de la garganta. A diferencia de las biopsias, que sólo toman muestras puntuales, esta técnica permite a los sanitarios recoger todas las células que hay a lo largo de la garganta.

A menudo, el cáncer de esófago es precedido por el síndrome de Barrett, una condición en la cual las células que hay dentro de revestimiento del esófago comienzan a cambiar de forma y pueden creer de manera anormal. Entre una y cinco personas de cada 100 pacientes que sufren esta patología desarrollan cáncer de esófago, un tumor que puede ser difícil de tratar sobre todo si no se detecta a tiempo.

La biopsia es, hasta ahora, la técnica estrella para diagnosticar tanto el cáncer de esófago como el síndrome de Barrett. Sin embargo, investigadores de la Universidad de Cambridge han demostrado que las diversas variaciones en las mutaciones genéticas implicadas en todo el esófago pueden pasar desapercibidas por las biopsias estándar. En cambio, es más probable que el “Cytosponge”, desarrollado por la profesora Rebecca Fitzgerald de la Unidad de Investigación del Cáncer del Consejo de Investigación Médica de dicha universidad, recoja mutaciones clave para el diagnóstico.

“El problema es que le esófago de Barrett parece flácido y puede tener una dimensión de aproximadamente diez centímetros”, expone Fitzgerald. “Hemos creado un mapa de mutaciones en un paciente con la enfermedad y encontramos que dentro de este tramo hay una gran variación de células. Algunos podrían llevar una mutación importante sin embargo otros no lo harán. Por tanto, mientras que con la biopsia el tramo escogido puede ser correcto o no, con el “Cytosponge” se elimina este juego de azar”, prosigue la autora.

Los autores del estudio llevaron a cabo la secuenciación de todo el genoma para analizar la relación del síndrome de Barrett y las muestras de cáncer de esófago tomadas a 23 pacientes, y encontraron patrones de mutación del genoma que dejaban una “huella digital” de las causas del cáncer. Un trabajo similar se había realizado con el cáncer de pulmón, donde se demostró que los cigarrillos dejan huellas en el ADN de un individuo.

Incluso en áreas del esófago de Barrett sin cáncer, los investigadores encontraron un gran número de mutaciones en sus tejidos –una media de 12.000 por persona, en comparación con el promedio de 18.000 en casos de cáncer. “Sabemos muy poco acerca de cómo se pasa de precáncer a cáncer pero ahora estamos un paso más cerca de comprender cuáles son las mutaciones importantes que inclinan la condición en una forma potencialmente mortal de cáncer”, puntualiza Caryn Ross-Innes, otro de los autores del estudio.