ÁNGEL M. GREGORIS.- Investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte han desarrollado una pulsera para prevenir ataques de asma. El dispositivo, denominado Rastreador de Salud y Medio Ambiente, monitoriza el entorno del usuario, la frecuencia cardiaca y otros atributos físicos. “Actualmente, los pacientes con asma dependen de los inhaladores para hacer frente a los síntomas, y nuestro objetivo era diseñar un sistema portátil que pudiera realizar el seguimiento del bienestar de quien lo porte y, en particular, proporcionar la infraestructura para predecir los ataques de asma y así conseguir que los pacientes puedan anticiparse y solucionarlo”, afirma Alper Bozkurt, autor principal de la investigación.
Para James Dieffenderfer, otro de los “padres” del dispositivo, “la prevención de un ataque podría ser tan simple como refugiarse en el interior de un local o una casa o descansar de una rutina de ejercicios que se esté llevando a cabo”.
Este sistema incorpora un conjunto novedoso de dispositivos de detección, que se incorporan a la pulsera y a un parche adherido al pecho. Este último incluye sensores de movimiento que hacen un seguimiento del paciente, en el que se resalta la frecuencia cardíaca, la respiratoria, la cantidad de oxígeno en la sangre, impedancia de la piel y las sibilancias en los pulmones.
Asimismo, el dispositivo también cuenta con un espirómetro, en el que los pacientes pueden respirar varias veces al día para medir su función pulmonar.
Los datos que recoge esta pulsera se transmiten a un ordenador, donde el software recoge y registra los datos.
“La singularidad de esto no es más que la integración de varios sensores de forma saludable”, cuenta Veena Misra, coautora del artículo.
“Hemos probado el sistema en un número limitado de personas y se ha confirmado que todos los sensores funcionan y que recoge los datos con precisión”, subraya Misra, que confiesa la idea de comenzar a hacer pruebas en otro entorno este verano con pacientes con asma.
Bozkurt resalta que “una vez que tengamos los datos, el centro comenzará a desarrollar el software necesario para hacer un seguimiento de los usuarios de forma automática y darles advertencias anticipadas a los ataques de asma”. “Esto permitirá a los usuarios sincronizar la pulsera con los teléfonos móviles para controlar su salud”, puntualiza el investigador, que espera que una vez creado este software pueda empezar a funcionar y estar disponible en todo el mundo.