EUROPA PRESS.- Una estrategia de regulación de las emociones conocida como reevaluación cognitiva ayudó a reducir la atención típica y habitual a las señales y contextos relacionados con las drogas en los individuos adictos a la cocaína, según un estudio realizado por investigadores del Hospital Monte Sinaí, en Estados Unidos.
En un artículo publicado en la revista ‘PNAS’, el equipo sugiere que esta forma de alteración del hábito, mediada por el córtex prefrontal (CPF) del cerebro, podría desempeñar un papel importante en la reducción de la conducta compulsiva de búsqueda de drogas y la recaída, que son las señas de identidad, y los retos de larga duración, de la adicción.
«La recaída en la adicción suele precipitarse por una mayor atención a las señales relacionadas con las drogas, que pueden consistir en imágenes, olores, conversaciones, cualquier cosa que recuerde a alguien su anterior consumo de drogas», afirma el autor principal, el doctor Muhammad A. Parvaz, profesor adjunto de Psiquiatría y Neurociencia de la Facultad de Medicina Icahn de Monte Sinai, que estudia los marcadores cerebrales y conductuales que pueden informar y seguir el tratamiento de la adicción y sus resultados.
«Nuestro estudio es el primero en sugerir que el aumento de la autorregulación de la excitación ante las señales relacionadas con las drogas a través de la reevaluación cognitiva podría interrumpir el sesgo de atención automática del cerebro a estas señales –resalta–, lo que podría conducir a una reducción del comportamiento de búsqueda compulsiva de drogas, incluso fuera del laboratorio, en individuos con trastornos por consumo de sustancias».
La cocaína es un potente estimulante del sistema nervioso central cuyo uso indebido plantea graves riesgos para la salud y efectos secundarios. La adicción a la cocaína está reconocida como un trastorno resistente al tratamiento que ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel nacional y mundial.
El consumo crónico de sustancias de abuso, incluida la cocaína, predispone a los sistemas atencionales del cerebro a prestar mayor atención a las señales relacionadas con la droga en el entorno (también conocido como sesgo atencional), lo que se considera un factor de riesgo de recaída. En este estudio, los investigadores del Monte Sinaí postularon que el uso de la revalorización cognitiva podría interrumpir la habitual asignación de la atención a las señales relacionadas con las drogas en los individuos con trastorno por consumo de cocaína.
La reevaluación cognitiva es una técnica de regulación de las emociones, en la que se entrena a los individuos para que autorregulen (haciendo intervenir el córtex prefrontal) la respuesta emocional a una señal o contexto confrontado, reinterpretando su significado. Por ejemplo, las rayas de cocaína en una imagen determinada pueden reinterpretarse como el atrezzo de una película con polvo de azúcar cortado en líneas para que sólo aparezca como cocaína.
Mientras que la valoración cognitiva se ha empleado en estudios anteriores para reducir la reactividad de los participantes a las señales de la droga, la investigación del Monte Sinaí es la primera que utiliza esta técnica de regulación de las emociones en individuos con adicción a la cocaína por su impacto en el sesgo de atención espontáneo (no instruido y habitual) a las señales relacionadas con la cocaína.
«La modificación del sesgo atencional ha sido un objetivo fundamental, aunque esquivo, para la reducción de las recaídas a lo largo de los años», señala el doctor Parvaz, que también es director del Laboratorio de Psicopatologías Motivacionales y Afectivas de Monte Sinai.
«Descubrimos que la revalorización cognitiva, una función del control prefrontal, disminuía el sesgo atencional espontáneo hacia las señales relacionadas con las drogas en personas con adicción a la cocaína –añade–. Dicho de otro modo, el aumento del control cognitivo mediado por el CPF (del proceso de valoración) dio lugar a una mayor autorregulación de los procesos atencionales automáticos (difíciles de controlar) en humanos con adicción a las drogas».
Rita Z. Goldstein, profesora de Psiquiatría y Neurociencia, y jefa del programa de investigación de Neuropsicoimagen de la Adicción y Afecciones Relacionadas, en Monte Sinai, y autora principal del artículo, explica que «a través de nuestro trabajo y basándonos en los beneficios de la reevaluación cognitiva mediada por la corteza prefrontal, hemos proporcionado un marco prometedor para la autorregulación de la reactividad automática ascendente y muy difícil de resistir a las señales de las drogas, como potencialmente generalizable a la reducción del consumo de drogas fuera del laboratorio y aplicable a la adicción a otras drogas distintas de la cocaína».
«Con más investigación, pensamos que estos resultados podrían contribuir al desarrollo de una estrategia de intervención cognitivo-conductual y personalizada fácilmente desplegable, para ser utilizada por quienes luchan contra la adicción a las drogas –prosigue–. Contribuir al desarrollo de intervenciones basadas en la neurociencia y validadas empíricamente para la adicción a las drogas ha sido un objetivo importante en nuestro laboratorio».