REDACCIÓN/EUROPA PRESS.-¿Te imaginas un mundo donde no exista discriminación de ningún tipo? Ni por motivos de raza, discapacidad, sexo, edad o estatus social. Es un imposible, una utopía, al menos por ahora. Sin embargo, no se puede perder la esperanza porque un grupo de investigadores norteamericanos ya trabajan en ello, además no sería mediante técnicas sofisticadas ni caros tratamientos, sino mediante la redirección de la memoria mientras se duerme.

Un nuevo estudio de la Universidad Northwestern, en Evanston, Illinois, Estados Unidos, indica que una intervención mediante el sueño puede ser clave para liberarse de prejuicios implícitos acerca de la raza o el género. Basándose en investigaciones anteriores, los expertos trabajaron para averiguar si aprender a alterar las reacciones habituales hacia otras personas se podrían mejorar durante el sueño.

Asimismo, otros expertos han documentado muchas consecuencias desagradables de sesgos sociales comunes. Por ejemplo, se ha visto que cuando las instrucciones de un videojuego dicen que hay que disparar sólo a personas que lleven armas, los jugadores eran más propensos a disparar a objetivos desarmados cuando eran negros en lugar de blancos.

En este sentido, el sesgo también es demostrable a la hora de contratar. Los científicos son más propensos a contratar hombres que mujeres candidatas igualmente cualificadas para puestos de investigación. Incluso personas bien intencionadas pueden verse influenciadas por estos sesgos, sin siquiera darse cuenta.

Investigaciones anteriores demostraron reducciones temporales de este sesgo inconsciente o implícito a través de un tipo de entrenamiento llamado formación de lucha contra el estereotipo. El nuevo trabajo examinó una estrategia para reforzar los beneficios de este tipo de formación.

Estudios previos de los investigadores de Northwestern han revelado la reactivación de la memoria durante el sueño. En general, los participantes escucharon primero sonidos distintos durante una sesión de aprendizaje y, después, se durmieron durante un breve periodo de tiempo. Cuando los participantes se despertaron, lo que recordaban cambió si se les presentaban los sonidos relacionados con el aprendizaje.

Reactivación de la Memoria Dirigida

“Llamamos a esto Reactivación de la Memoria Dirigida, porque los sonidos que se reproducen durante el sueño pueden activar relativamente mejor la memoria para obtener información con claves durante el sueño en comparación a la información no complementada durante el sueño”, afirma Ken Paller, autor principal del estudio y profesor de Psicología en la Facultad de Artes y Ciencias de la Universidad de Northwestern.

“Por ejemplo, hemos utilizado este procedimiento para mejorar selectivamente la memoria espacial, como el aprendizaje de las ubicaciones de un conjunto de objetos, y la memoria de habilidades, como aprender a tocar una melodía en un teclado”, detalla. El estudio actual fue diseñado para aplicar el mismo tipo de procedimiento para luchar contra el estereotipo.

“Este tipo de aprendizaje no cae en la categoría de aprendizaje de hábito”, señala Paller, quien también es director del Programa de Neurociencia Cognitiva en Northwestern. “Así que además de aprendizaje espacial y aprendizaje de habilidades, podemos incluir aprendizaje de hábito como otro tipo de aprendizaje que depende del procesamiento de la memoria durante el sueño”.

Los participantes en el experimento completaron dos regímenes de entrenamiento, uno diseñado para reducir los prejuicios raciales y el otro, el sesgo de género. En las tareas de entrenamiento informatizadas, se emparejaron las caras con palabras que iban en contra de un estereotipo. Por ejemplo, rostros femeninos aparecieron con palabras asociadas con las matemáticas o la ciencia, y las caras de personas negras se vincularon con palabras agradables.

Sonidos distintivos

Había dos sonidos distintivos durante este entrenamiento, uno asociado a la pareja mujeres+ciencia y el otro a la pareja negro+palabras agradables. Después de la capacitación, los participantes se echaron una siesta. Mientras estaban en el sueño profundo y sin su conocimiento, se puso uno de los sonidos en varias ocasiones, pero con el volumen lo suficientemente bajo como para evitar la perturbación del sueño.

El procedimiento durante el sueño produjo los beneficios selectivos que los investigadores esperaban: la reducción del sesgo fue más fuerte para el tipo específico de formación reactivada durante el sueño, una ventaja relativa que se mantuvo una semana más tarde.

“Es algo sorprendente que la intervención basada en el sueño pudiera tener un impacto que todavía era evidente una semana más tarde -señala Hu Xiaoqing, uno de los autores del estudio-. La expectativa habitual es que una breve intervención de una sola vez no es lo suficientemente fuerte como para tener una influencia duradera. Es posible que sea mejor utilizar sesiones repetidas y más extensas de entrenamiento, pero nuestros resultados muestran cómo el aprendizaje, incluso este tipo de aprendizaje, depende del sueño”.

“Producir cambios duraderos en sesgos implícitos es un reto”, añade Galen V. Bodenhausen, profesor de Psicología en la Universidad de Northwestern Weinberg, también coautor del estudio. “Estos sesgos surgen de la socialización a largo plazo y se refuerzan con frecuencia por los medios de comunicación”, subraya.

Reducir el impacto

Según Bodenhausen, otros experimentos tendrán que examinar si estos procedimientos pueden reducir el impacto de los sesgos implícitos en situaciones de toma de decisiones importantes. Una de las implicaciones del estudio, según Paller, es que puede ampliar la discusión sobre qué tipo de esfuerzos se pueden hacer para combatir el sesgo social en la sociedad.
“Los sesgos pueden operar incluso cuando tenemos la intención consciente de evitarlos -afirma Bodenhausen, quien también es profesor de Marketing en la Escuela de Gestión de Northwestern-. Podemos tratar de corregir nuestros prejuicios después de los hechos, pero nuestros resultados apuntan a una posibilidad más alentadora, reducir el sesgo en primer lugar”.

El estudio también tiene implicaciones para la reducción de muchos otros tipos de sesgos sociales no deseados y estigmas. Además, desaprender sesgos implícitos puede ser muy parecido a romper otros malos hábitos, de forma que este trabajo tiene también implicaciones para las nuevas técnicas de lucha contra hábitos como el tabaquismo, el egocentrismo, las fobias o los comportamientos alimenticios poco saludables.