ÁNGEL M. GREGORIS.- La Hematología es una de las disciplinas que más ha progresado en conocimiento, tecnología y terapéuticamente hablando en las dos últimas décadas. Los avances actuales han mejorado enormemente la calidad de vida de todas aquellas personas que tienen que enfrentarse a una enfermedad hematológica y las enfermeras, como profesionales más cercanas a los pacientes, tienen una función imprescindible con el buen trato y los cuidados antes, durante y después del diagnóstico. En el Hospital de Fuenlabrada (Madrid) son conscientes de ello y, por este motivo, han puesto en marcha un programa de mejora en la atención al paciente hematológico de alto riesgo liderado por la enfermería. Fue en 2016 cuando comenzaron a realizar el diseño y hasta 2017 estuvo en fase de pilotaje; tras analizar los resultados del estudio, el centro madrileño ha reanudado su actividad.
“Esta idea surgió por las necesidades que tenían los pacientes y que veíamos tanto las enfermeras de la planta de hematología como el resto de profesionales. Con este proyecto intentamos adecuar el hospital a las necesidades del paciente y no al contrario”, apunta María del Pilar Heredia, enfermera que lideró la puesta en marcha del proyecto.
A través de procedimientos muy estructurados, las enfermeras son las encargadas de coordinar y organizar la atención a los pacientes, que en muchas ocasiones ven como su vida se derrumba al conocer un diagnóstico como este. “Fue un palo porque no me esperaba tener un linfoma. Se te cae un poco el mundo encima, pero sí es verdad que gracias a ellas (las enfermeras) y a los médicos confié en que iba a salir adelante”, cuenta Fermín Molano, uno de los pacientes de la unidad. Para Heredia, “esto es una forma de gestionar las visitas de manera más coordinada con el resto de profesionales implicados y con todos los circuitos implicados de manera que cuando el médico acude a ver al paciente, ya se ha llevado a cabo toda una toma de constantes, cura de catéter, revisión del estado, control de síntomas y signos, la analítica, las pruebas cruzadas e incluso si necesitan transfusión, ya está preparada para iniciarla”.
Visita conjunta
Asimismo, la enfermera explica que se hace la visita conjunta con el médico y programan las siguientes revisiones. “Cuando les damos el alta en hospitalización, realizamos un control postalta y lo que hacemos es un seguimiento telefónico hasta el próximo ingreso cada 24, 48 o 72 horas, según consideremos”, subraya Heredia, que agradece enormemente la implicación y participación de los Hematólogos clínicos, profesionales sin los cuales no podría haber salido adelante la iniciativa.
Los pacientes beneficiarios de esta iniciativa son aquellos que sufren leucemias agudas, linfomas de alto grado, mielomas múltiples con complicaciones y otras patologías hematológicas susceptibles de un trasplante de progenitores hematopoyéticos. Por la gravedad de su enfermedad, son personas que necesitan unos cuidados más intensivos y es por este motivo por el que forman parte del programa de la unidad desde su ingreso, incluyendo todo el proceso de su enfermedad hematológica, durante su tratamiento, altas, revisiones y reingresos.
La unidad enfermera tiene como principales objetivos en este ámbito realizar una captación temprana de toxicidades y complicaciones, contribuir a la mejora de los registros y creación de nuevos en la historia clínica electrónica, reforzar las acciones de educación sanitaria, disminuir el número de visitas a urgencias y tiempos de espera innecesarios, y, además, disminuir las estancias medias y los costes asociados.
Satisfacción
Asimismo, estas profesionales tienen también una función clave para mejorar la satisfacción tanto del paciente como de la familia. “Insistimos mucho en la educación sanitaria y se la damos tanto al paciente como al familiar porque es fundamental el apoyo psicológico y que ellos tengan el recurso de podernos llamar para estar informados de lo que tienen que vigilar y de los signos por los que tienen que avisarnos en cualquier momento. Para nosotros es importante dar las gracias también a pacientes y familiares por confiar en nosotras y dejar que los acompañemos en esta etapa de su vida”, puntualiza María del Pilar Heredia.
De esto sabe mucho Gema Rodríguez, madre de Marina, a la que diagnosticaron un linfoma de Hodgkin cuando tenía 17 años y que lleva tres en tratamiento. “Las enfermeras lo han significado todo, el apoyo ha sido tremendo y gracias a ellas esto se ha podido llevar muchísimo mejor. Gracias al apoyo que sientes y que te ayudan absolutamente en todo cuando estás aquí y también en casa”, apunta.
Novedoso
Jesús Ramos, director de Enfermería del Hospital de Fuenlabrada, asegura que “es un orgullo tener enfermeras tan capacitadas y competentes, que lideran equipos profesionales y, sobre todo, sabiendo que esto va a tener una repercusión positiva en nuestros pacientes”. Es, sin duda, un modelo de trabajo a exportar a otros hospitales, porque si bien existen consultas de este tipo en el hospital de día o en consultas externas, lo novedoso es que sean las enfermeras de hospitalización las que hacen el seguimiento de estos pacientes. “Somos las que conocemos cada ingreso complicado y llevamos todas las revisiones coordinadas con el médico”, afirma Heredia.
En esta misma línea, Alicia González, otra de las enfermeras de la unidad, considera muy importante que este programa se conozca en otros centros. “Hay pacientes que se pasan incluso un mes seguido en hospitalización, por lo que creo que es algo novedoso que nosotras, las profesionales que tiene como referencia y en las que confía, estemos en todo el proceso”, concluye.