MARINA VIEIRA.- Un estudio realizado por investigadores del Imperial College de Londres y publicado hoy en el British Medical Journal (BMJ) pone de manifiesto una extraña demanda que está asaltando a los profesionales sanitarios de Reino Unido. Algunas madres que han concebido a sus hijos por cesárea les piden a médicos y enfermeras que unten a sus hijos con flujo vaginal, porque existe la creencia de que ese líquido con el que no entran el contacto al ser concebidos por cesárea, es beneficioso para los recién nacidos.

La demanda se centra en creer que el líquido vaginal permite al bebé nacido por cesárea entrar en contacto con las bacterias propias del órgano genital femenino y esto previene al niño de determinadas alergias e incluso de desarrollar obesidad infantil.

Sin embargo, tal y como declaran al BMJ investigadores como Bri Aubrey Cunnington, del Departamento de Medicina del Imperial College de Londres, “a pesar de la creciente demanda del procedimiento, no existe ninguna evidencia científica que afirme que este método sea beneficioso para la salud de los niños, debido a esta falta de pruebas los profesionales sanitarios no están en posición de recomendar o promover la práctica”, además añaden que “existe un potencial riesgo de transmitir bacterias perjudiciales a los bebés por esta vía. Porque aunque es el mismo tipo de bacteria a la que el bebé estaría expuesto en un parto natural, el personal sanitario no tendrá conocimiento que el bebé ha estado en contacto con ella si se le administra el líquido de este modo y existirá un gran riesgo de que el niño caiga enfermo”.

Del mismo modo lo confirma Emilia Redondo, matrona del Consejo General de Enfermería que advierte que “a pesar de que es una práctica que actualmente no está resultando una demanda creciente en España, los profesionales sanitarios de nuestro país compartimos la opinión de los sanitarios ingleses y desaconsejamos dejarse llevar por creencias que no han sido comprobadas científicamente”.

Los antecedentes

Los investigadores a cargo de este estudio consideran que esta práctica parece haber comenzado porque existen diferentes estudios que sugieren que los niños nacidos por cesárea tienen más riesgo de contraer alergias, enfermedades autoinmunes y obesidad, añadido al hecho de que muchos estudios han demostrado que estos bebés cuentan con un microbioma diferente a aquellos que nacen directamente de la vagina. Sin embargo, no existe ningún estudio que demuestre que este cambio en el microbioma sea ocasionado por el contacto con determinados líquidos vaginales.

“En muchos países, incluido el Reino Unido, no se hace un test a las mujeres embarazadas para los estreptococos del grupo B. Sólo se realiza esta prueba en una de cada cuatro mujeres embarazadas y a pesar de que esta bacteria no genera ningún tipo de riesgo para las madres, puede causar infecciones fatales en los bebés”, del mismo modo, otras enfermedades como el herpes genital o la gonorrea pueden ser transmitidas a los bebés si se realiza esta práctica por parte de las madres.

“Hay que advertir a los padres del riesgo que genera realizar esta práctica en los bebés, ya que, hemos visto muchos casos en los que ante la negativa de la matrona o el médico de realizarla, son los propios padres los que la llevan a cabo”. Cunnington expone un caso como el que “un compañero recientemente tuvo que prohibirle realizarlo a una madre, ya que tenía herpes genital y al exponer al bebé nacido por cesárea a su líquido vaginal generaba un gran riesgo en el bebé de contraer el virus”.