IRENE BALLESTEROS.- Si presentas una enfermedad reumática, dermatológica o digestiva quizá la prednisona te resulte familiar. Este fármaco es complejo y requiere de un gran conocimiento por parte de los pacientes que lo consumen. Cómo y cuándo utilizarla o informarse sobre cómo prevenir sus efectos secundarios es importante para asegurar un correcto tratamiento. Elena Rodríguez Arteaga, enfermera experta en Reumatología explica todos los datos de interés sobre este fármaco en un nuevo programa de Cuídate con tu Enfermera.
«La prednisona es un fármaco que pertenece a un grupo de medicamentos llamados corticoides. Estos medicamentos son similares a las hormonas que producen nuestras glándulas suprarrenales. Los corticoides tienen una potente acción antiinflamatoria e inmunosupresora, es decir, su efecto reduce la inflamación y regula el sistema inmune. Los tipos de corticoides se administran de diferentes formas. Los hay de uso local como las infiltraciones intraarticulares o las aplicaciones sobre la piel, en los ojos o en el recto. También existen los de acción sobre todo el organismo, ya sean administrados por boca o mediante inyecciones intramusculares o intravenosas. La prednisona es muy utilizada en el inicio de numerosas enfermedades inflamatorias autoinmunes, así como en su recaída o brotes posteriores», explica la enfermera.
Artritis, psoriasis, lupus o la enfermedad inflamatoria intestinal son algunas de las enfermedades cuyo tratamiento incluye la prednisona. Su dosis y la duración del tratamiento en cuestión varía dependiendo de la patología y la gravedad de la misma.
¿Cuándo y cómo utilizarla?
«El tratamiento se inicia con dosis altas, que se van reduciendo de forma gradual hasta una dosis mínima de mantenimiento. La prednisona se toma por la mañana con el desayuno. En los tratamientos prolongados o con dosis elevadas las tomas iniciales pueden repartirse a lo largo del día. Los comprimidos se toman enteros sin masticar ni triturar, acompañados de agua durante o después de las comidas. Y, lo más importante de su uso es no interrumpir el tratamiento de forma drástica, no automedicarse y seguir estrictamente las instrucciones de los profesionales de referencia», sigue.
Precauciones y efectos secundarios
Como con cualquier otro fármaco, antes de iniciar el tratamiento con prednisona hay que tener en cuenta una serie de precauciones, como tener en cuenta que su efecto puede verse modificado con numerosos medicamentos, así como con algunos alimentos, tabaco o alcohol. Además, «si el paciente tiene diabetes debe comunicar a los profesionales de salud del centro de Atención Primaria que va a iniciar el tratamiento con prednisona, ya que se precisan mayores controles, así como informar también sobre su estado de vacunación».
Hay que tener en cuenta que la prednisona puede provocar un aumento del apetito, aparición de vello, insomnio o, en dosis altas puede provocar osteoporosis, cataratas o el aumento del riesgo de infecciones.
Para evitarlos, «es importante tener un estilo de vida saludable que incluya una dieta mediterránea, el control de peso, tensión arterial y glucosa, realizar ejercicio físico de forma regular y protegerse de las infecciones mediante el lavado de manos e higiene bucal», concluye la experta en Reumatología.