La enfermera es el agente de salud que lidera todo el proceso vacunal. Desde la administración de inoculaciones a la divulgación entre la población o la investigación, estas profesionales se sitúan en el centro de la gestión de este tipo de medicamentos.

Así lo han defendido Glòria Mirada, enfermera de la Subdirección Regional de Salud Pública de Lleida y Alto Pirineo; José Antonio Forcada, enfermero y presidente de Anenvac; y Raquel García-Florez, enfermera responsable de vacunas del Centro de Salud de Tres Cantos, al calor del debate ‘Vacunación del adulto. Inoculaciones más necesarias, herramientas y difusión’, organizado entorno a la publicación de la guía ‘Vacunación en el Adulto Sano (2º Edición), publicada por Consejo General de Enfermería a través de su Instituto de Investigación, con la colaboración de GSK y el aval de la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas.  

Durante la conversación las tres enfermeras han recorrido cuestiones destacadas en lo que a vacunación en el adulto se refiere. Desde la importancia de desmitificar bulos a dar un impulso a los calendarios vacunales, las enfermeras son las profesionales sobre las que recae la responsabilidad de hacer que la población tenga las mejores tasas de vacunación posibles.

En primer lugar, las profesionales remarcan el cambio de paradigma que se ha vivido en los últimos años, que ha permitido que las vacunas se vayan abriendo paso entre los pacientes de mayor edad. “Hay adultos que no se han vacunado de pequeños. La cartilla vacunal es algo reciente; hay mucha gente que no está inmunizada y además no ha pasado esas enfermedades, por lo que están desprotegidos”, apunta Mirada.

Cambio de paradigma

Por su parte, García-Florez comenta que se ha experimentado “un cambio de paradigma” que ha permitido pasar de la cartilla de vacunación pediátrica a la cartilla de vacunación “para toda la vida”. “Es esencial estar bien protegidos. No utilizar herramientas de prevención como las vacunas nos hace acumular más cronicidad y mortalidad en las últimas etapas de la vida. Y es una pena, porque cada vez tenemos más esperanza de vida, y queremos que vaya acompañada de una calidad”, hace hincapié la enfermera.

Además, recuerdan la importancia de “controlar” la vida vacunal de los adultos jóvenes y ver si tienen todas las vacunas que deberían tener desde pequeños. “Podemos encontrar adultos jóvenes sin vacunas clave como la del sarampión. Y también es muy importante el control vacunal durante el embarazo”, indica Mirada.

Por su parte, José Antonio Forcada incide en la relevancia de promover la cultura de vacunación entre los adultos mayores. “Cuando tienes 30 o 40 años, tu organismo es capaz de generar defensas. Y cuando eres mayor nos enfrentamos a un sistema inmunitario gastado. Eso debemos tenerlo claro”, asegura.

Vacunas sin financiación

Otro de los temas que han tratado los expertos es la importancia de generar una “cultura de vacunación” en los adultos y hacer recomendaciones de vacunación aunque hablemos de inoculaciones que todavía no cuentan con financiación. El presidente de Anenvac pone como ejemplo la inmunización ante el virus respiratorio sincitial, una enfermedad “con mayor tasa de incidencia y mortalidad que la gripe” y cuya vacuna no está financiada. “Aun así, a nivel individual y colectivo tenemos que proteger a la población y eso pasa por recomendar una vacuna aunque no esté financiada”, asegura el enfermero. “Todas las vacunas que tengamos disponibles son igual de necesarias”, resume García-Florez.

La labor de divulgación de las enfermeras ha sido otro de los hilos conductores de este debate. “Tenemos que transmitir a nuestras compañeras y compañeros enfermeros y a la población que las vacunas son los medicamentos más seguros que existen”, pone de manifiesto Forcada. Una idea que refuerza García-Florez con contundencia: “Nos bombardean con ‘fake news’ constantemente, y es difícil con tantos estímulos acudir a un lugar donde te vayan a dar la información correcta. Desde las consultas de enfermería debemos difundir información, tener reuniones con la población y llegar a todos los ángulos posibles”, desarrolla.

Asimismo, Glòria Mirada destaca el papel de la enfermera de Atención Primaria en el proceso de vacunación. “Esta figura es la que se encarga, aproximadamente, del 75% de actividades relacionadas con el proceso vacunal. Y ese trabajo no es solo administrar vacunas, sino educar a la población”, comenta. Pone como ejemplo la labor enfermera dentro de la consulta para desmitificar efectos secundarios y evitar crear alarma social. “Si, mientras administras una vacuna, informas de que se puede hinchar un poco el brazo, vamos a evitar crear alarma si finalmente eso ocurre”, ejemplifica.  

De esta manera, José Antonio Forcada pone en relieve la importancia de que las enfermeras “asuman todas las funciones enfermeras aplicadas al campo de las vacunaciones. Es decir, la función asistencial, la docente, la de adjudicación, la de gestión y administración, y la de investigación.

Comunicación directa con el paciente

La última parte del debate ha estado centrada en la necesidad de contar con buenas técnicas de comunicación para realizar una tarea de divulgación eficiente entre la población. “Es necesario que las enfermeras estén formadas sobre la evidencia científica y poder desmitificar los bulos que hay. Y nos faltan técnicas de comunicación. Necesitamos formación para salir y divulgar”, asegura Mirada.

“Muchas veces no tenemos las herramientas necesarias para comunicar de manera eficaz, que es lo más importante”, advierte Raquel García-Florez, que recuerda que el fin último es que el mensaje llegue al paciente. “Hay que buscar maneras para que la información llegue al paciente y cale. Al final la mayoría de vacunas que se están desarrollando en la actualidad son para adultos. Tenemos que conseguir que la información sea recibida”, concluye la enfermera.