NADIA OSMAN GARCÍA.- No cabe la menor duda de que enfermería es la profesión de los cuidados, pero en ese día a día a pie de cama también tiene cabida la observación. Un análisis exhaustivo de la evolución que desarrolla un paciente durante su enfermedad es determinante para detectar necesidades y establecer mejoras. Toda esta dedicación nunca es en vano y el esfuerzo y la investigación siempre tienen su recompensa. Esto lo saben bien cuatro enfermeras del Hospital Universitario Virgen Macarena. Elena Arellano Velázquez, Macarena Rus Hidalgo, Ana Pérez Luque y Noelia Becerril Ríos recibieron el primer premio al mejor proyecto de investigación de Enfermería Neurológica en 2015han recibido el primer premio al mejor proyecto de investigación de Enfermería Neurológica 2015 por el Estudio longitudinal prospectivo, controlado, aleatorizado en pacientes con Esclerosis Múltiple que evalúa la eficacia de la técnica con ultrasonidos en nódulos, lipodistrofias y cicatrices secundarias al tratamiento con inmunomoduladores subcutáneos. Las enfermeras forman parte de la Unidad de Esclerosis Múltiple del departamento de Neurociencias del Hospital Virgen Macarena, donde se desarrollan unos 30 ensayos clínicos para patologías neurológicas, estudios en fase I, II, III y IV, así como otros estudios locales, diversas colaboraciones en tesis doctorales y proyectos de I+D+I y del Instituto Carlos III de Madrid.
Una ayuda al paciente
El estudio ganador no es fruto de pocos meses de trabajo. «En el año 2012 llevamos a cabo otro estudio con el que también nos otorgaron el Premio especial al mejor proyecto en investigación de la Sociedad Española de Enfermería Neurológica (Sedene), que abordaba un tema que causa mucha preocupación a los pacientes con esclerosis múltiple: la aparición de lesiones cutáneas por el uso de fármacos inmunomoduladores inyectables». La importancia de este contenido radica en que «estas reacciones son molestas, dolorosas y, en muchos pacientes, causan un deterioro de la imagen corporal muy importante».
Por ello, trataron de describir cuáles eran las causas de aparición de las reacciones locales y su relación con factores antropométricos y hábitos higiénico-dietéticos. De manera que el nuevo estudio surge como una continuación del anterior. Es decir, «ahora que conocemos algo más sobre la causa de las reacciones cutáneas, vamos a tratar de realizar algún tipo de terapia que pueda ayudar a resolverlas», explican.
Fase de reclutamiento
El proyecto pasó la fase de aceptación del comité de ética del Hospital Virgen Macarena y ahora se encuentra en la fase de reclutamiento, que se prolongará hasta el próximo mes de diciembre, para probar esta técnica pionera. «El perfil que buscamos son pacientes mayores de edad (no niños), con diagnóstico de Esclerosis Múltiple de tipo Remitente-Recidivante, que estén en tratamiento con algún inmunomodulador por vía subcutánea al menos un mes antes de la inclusión en el estudio y que presente algún tipo de reacción local en la piel de las tomas como variables en el estudio: nódulos, lipodistrofias y cicatrices».
«La técnica con ultrasonidos no está considerada como parte del tratamiento de esta enfermedad en ningún hospital, pero sí hay estudios que avalan la reducción de estas lesiones de características similares causadas por tratamientos parecidos y en otras enfermedades neurológicas, de ahí que nos haya movido a realizar este estudio», argumentan. Si se diera el caso de que las hipótesis planteadas fueran exitosas, el análisis de datos y las conclusiones serían presentadas en la próxima reunión anual de la Sedene que se celebrará en 2017.
Beneficios
El paciente de esclerosis múltiple – enfermedad que es la principal causa de discapacidad de origen no traumático en adultos jóvenes, que afecta a unas 45.000 personas en España – se somete a tratamientos invasivos donde predomina la punción. «Las reacciones locales en el punto de inyección se producen por microtraumatismos repetidos por las agujas, así como las sustancias farmacológicas, la técnica de inyección, la asepsia y algunas características corporales. Este tipo de reacciones son manchas, hematomas, eritemas, inflamaciones, induraciones, nódulos subcutáneos, lipodistrofias y, en algunos casos, necrosis cutáneas. A veces llega un momento en el que los pacientes no encuentran dónde inyectarse debido a las múltiples reacciones locales cutáneas. Esto mismo ocurre en otras patologías que usan tratamientos inyectables de forma crónica». Estas enfermeras incluso narran que se dan casos en los que los pacientes se encuentran en la tesitura de que les da miedo abandonar el tratamiento que les va bien pero tienen el inconveniente de ver cómo se deteriora su piel y eso altera su propia imagen. En este proceso enfermeros/as juegan un papel crucial ya que evitan que haya renuncias a la terapia. «Cuando un paciente empieza una terapia inyectable pasa a la consulta de enfermería en donde recibe la educación sanitaria sobre la técnica de inyección y el manejo de los efectos secundarios. Después tiene un seguimiento individual a corto, medio y lardo plazo, y vamos vigilando la aparición de lesiones cutáneas».
Las lesiones en la piel son inevitables, por lo que el remedio hasta ahora se basa en «la asepsia, una correcta identificación y sobre todo rotación de las zonas de inyección, masaje profundo tras la inyección (excepto con acetato de glatirámero) y el uso de algunas cremas (caléndula, aloe vera, etc.) y geles emolientes o antiinflamatorios».
Ultrasonidos
Aun así, Elena, Macarena, Ana y Noelia se percataron de que era necesario algo más: «Queremos ofrecer a los pacientes un tratamiento de las lesiones eficaz, que les permita permanecer con el tratamiento inyectable todo el tiempo que sea necesario». De manera que el estudio intentará «valorar si los ultrasonidos son beneficiosos para reducir y ayudar a la recuperación de la piel en las zonas de inyección donde han aparecido lesiones», ya que «evitaríamos abandonos y falta de adherencia al tratamiento».
Como ventaja añadida cabe señalar que «la técnica de ultrasonidos es barata, inocua e indolora. La puede recibir cualquier paciente en cualquier momento y lugar y las sesiones de tratamiento son cortas (no más de 10 ó 15 minutos)».
Estas enfermeras esperan los resultados sean óptimos, ya que «esta técnica podría extrapolarse al tratamiento de cualquier lipodistrofia, nódulo o cicatriz producido por inyecciones».