A. ALMENDROS / D. RUIPÉREZ.- Canal Enfermero ha inaugurada la nueva temporada de “Entrevista con…” con Víctor Bohórquez, presidente del Colegio de Enfermería de Sevilla para repasar la actualidad sobre la enfermería sevillana y abordar cuál es su estrategia al frente del colegio.
Llegaste hace poco menos de un año, ¿cómo afrontas esta nueva etapa profesional?
Estamos todavía en fase de aterrizaje, de implementación. Después de 34 años con el anterior presidente, José María Rueda, empezamos con un equipo completamente renovado, con mucha ilusión, con muchas ganas y poniendo en práctica todo aquello que llevábamos en el programa de la legislatura que habíamos iniciado, y en ese camino estamos.
¿Cuáles son los retos que tienes como presidente del colegio durante este mandato?
Cuando afrontamos este cambio en el propio colegio había unas líneas de desarrollo que nos demandaban los propios colegiados. La primera era el cambio estatutario en los propios estatutos del colegio. Tenían que hacerse más flexibles, más abiertos… En definitiva, más a acordes al siglo XXI. Hay un grupo de trabajo que está afrontando el cambio y en los próximos meses extrapolaremos ese borrador para que se hagan todo tipo de observaciones. Por otro lado, apostamos por un plan de formación más interactivo.
Es un orgullo para mi decir que tenemos una plataforma de formación propia dentro del propio colegio y se están desarrollando líneas de trabajo en cada una de las especialidades de enfermería. El colegio tiene que ser ese nexo de unión y de enganche, donde también los propios colegiados sientan que es su casa. Estamos desarrollando esa visibilidad e imagen desde el punto de vista reivindicativo, pero también con esa imagen mostrando la labor que hacemos las enfermeras en cada uno de nuestros aspectos y también bastante importante esa transformación digital.
Estamos codo con codo con el Consejo General de Enfermería en el desarrollo del propio programa de gestión y en el avance que hemos tenido en el eColegios. En definitiva, somos un colegio con mucha ilusión y más herramientas para seguir avanzando en todo lo que es la parte de digitalización.
¿Cómo percibes, sobre todo una comunidad autónoma con una consejera de sanidad enfermera, la voluntad política por dar algo más que palmaditas en la espalda a la profesión?
Creo que hay voluntad, tuvimos una primera reunión a principios de agosto con Catalina, la consejera. Ya nos conocíamos, y es una persona que ha marcado una línea de trabajo estupenda, ha superado tres crisis graves en el sistema sanitario andaluz, la más grave con el COVID. El equipo de trabajo con el que cuenta tiene un gran valor y así nos lo ha transmitido.
A primeros de septiembre ya se hicieron cambios como que el propio profesional de enfermería pudiera llegar a ocupar o desarrollar puestos de dirección; pero sí que es cierto que nos topamos con otra materia a nivel nacional, que es la equiparación de las enfermeras al grado A1. Ahí tenemos que luchar bien porque si no existe ese reconocimiento al grupo A, nos vemos limitados en puestos de dirección. El empoderamiento de las enfermeras andaluzas y de la enfermera sevillana tiene ese respaldo desde la Consejería, porque saben que somos el eslabón fundamental en toda la cadena asistencial. Somos el eje vertebrador y creo que Catalina nos va a ayudar porque su mayor intención es que el sistema sanitario andaluz sea un potenciador de toda la sanidad.
Si tuvieras la posibilidad de conseguir uno de los tres posibles logros enfermeros —elevar ratios, A1 o desarrollar las especialidades— con una varita mágica, ¿cuál pondrías en primer lugar?
Es complicado, pero creo que esos tres problemas se conjugan en uno y es el desarrollo profesional. Necesitamos ese desarrollo profesional. Los pacientes saben lo importante que somos las enfermeras, pero esto hay que extrapolarlo al terreno político, porque uno va ligado a otro. Al hablar de ratios, grado A1 y especialidades hablas de excelencia en los cuidados. Yo diría que con la misma varita se pueden hacer los tres, porque tenemos que entender que el sistema sanitario público no puede ser un sistema sanitario basado en déficit. El sistema sanitario público como eje vertebrador tiene que estar basado en esa excelencia y las enfermeras aportamos esa excelencia.